
{ Cuando era chica mi papá me llevaba siempre a jugar a las maquinitas. Siempre fui de enojarme facil, como ahora. Cuando jugaba un jueguito y no me salia lo que queria ser, me enojaba mucho. Si no podia pasar de nivel o derrotar al malvado me enfurecia.Si no podia ganar le pagaba a la maquina, la sacudia casi hasta romperla. Si perdia, golpeaba y sacudia a la maquina hasta que se tildaba. Odiaba que se me terminara el juego. Yo se que la vida es una rueda, pero odio saber que la rueda va a seguir girando sin mi. Siempre me enfurecio el fin del juego, que se me acaben las vidas o se tilde la maquina, eso siempre me dio bronca y tristeza a la vez. Vi que es mi turno, mi fin de juego, desde que vi lo que vi estoy asi, tildada. El problema no es lo que se viene, sino saber lo que se viene. Yo no puedo evitar ver el futuro, y no es un don, es algo insoportable. No puedo evitar pensar en la vida que va a seguir sin mí, en que solo voy a ser un recuerdo para la gente que amo. No puedo dejar de pensar en todo lo que no voy a disfrutar. No puedo dejar de pensar en lo que no voy a hacer, en lo que no voy a poder hacer nunca más. No quiero, no quiero saber que muero mañana, que muero pronto. No quiero saber que se terminan los “sí, acepto”, ni que se terminen las aventuras de superhéroes. No quiero saber que esto se termina. No quiero saber mi futuro. Hay dolores con los que no se puede vivir, dolores que te paralizan, que te bloquean, que te tildan }
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